¡Oh Jesús!

¡Oh Jesús!,

Te reconozco por Rey Universal. Todo cuanto ha sido hecho Tú lo has creado. Ejerce sobre mí todos tus derechos. Renuevo las promesas de mi bautismo, renunciando a satanás, a sus seducciones y a sus obras; y prometo vivir como buen cristiano. Muy especialmente me comprometo a procurar, según mis medios, el triunfo de los derechos de Dios y de tu Iglesia. Divino Corazón de Jesús, te ofrezco mis pobres obras para conseguir que todos los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que así se establezca en todo el mundo el Reino de tu Paz.

Amen.

martes, 9 de octubre de 2012

Salmo 91

Yo vivo bajo Tu sombra protectora
Altísimo y Todopoderoso,
y te digo mi Señor
Tú eres mi refugio, mi fortaleza,
mi Dios en quien confío.
Sólo Tú me libras
de trampas ocultas y plagas mortales,
pues Me cubres con Tus alas,
y bajo ellas estoy seguro.
¡Tú fidelidad me protege
como un escudo!
No tengo miedo a los peligros nocturnos,
ni a las flechas lanzadas de día,
ni a las plagas que llegan con la oscuridad,
ni a los que destruyen a pleno sol;
pues mil caen muertos a mi izquierda
y diez mil a mi derecha,
pero a mi nada me pasa.
Basta con que vea con mis ojos:
Veo a los malvados recibir su merecido.
Ya que he hecho de Ti Señor mi refugio,
de Ti Altísimo mi lugar de protección,
no me viene ningún mal,
ni la enfermedad llega a mi casa;
pues Tú mandas a tus ángeles
para que me cuiden por donde quiera que vaya.
Me levantan con sus manos
para que no tropiece en piedra alguna.
Puedo andar entre leones,
entre monstruos y serpientes.
Tú me pones a salvo,
fuera del alcance de todos,
porque yo te Amo y te conozco.
Cuando te llamo OH Señor,
Tú me contestas:
¡Yo mismo estoy contigo!
¡Te libro de la angustia y
Te colmo de honores;
Te hago disfrutar de una larga vida!
¡Te hago gozar de Mi Salvación!
Amen.

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