Marino Restrepo fundó una misión
en el año de 1999 en Bogotá, Colombia con el nombre de Peregrinos del
Amor. A partir de ese año, se inició una actividad permanente de evangelización
a nivel mundial, basada en la experiencia mística con Dios que tuvo en el
secuestro que cambió radicalmente su vida. De su regreso a la Iglesia se
desprenden dos fuerzas evangelizadoras: Por una parte, el celo por llevar un
mensaje que queda infuso por Dios en su corazón, en el cual vive con
claridad la necesidad de exhortar a la humanidad sobre las responsabilidades
espirituales de la vida humana y los peligros que enfrenta durante su corto
recorrido por la vida transitoria terrenal. Por otro lado, la necesidad de
despertar al Católico a su propia fe, mostrándole los tesoros que Dios mismo le
reveló sobre el contenido místico de la pedagogía Divina, depositada en la
Historia Sagrada y sus tradiciones. El reconocer la Iglesia como un verdadero
ejército espiritual en la tierra encargado de defender las almas de las fuerzas
del mal, para llevarlas a los brazos de la redención en Jesucristo nuestro
Señor.
"Son muchos los caminos del Amor que a través de Mí, os conducen hasta Mí" : JESUS
¡Oh Jesús!
¡Oh Jesús!,
Te reconozco por Rey Universal. Todo cuanto ha sido hecho Tú lo has creado. Ejerce sobre mí todos tus derechos. Renuevo las promesas de mi bautismo, renunciando a satanás, a sus seducciones y a sus obras; y prometo vivir como buen cristiano. Muy especialmente me comprometo a procurar, según mis medios, el triunfo de los derechos de Dios y de tu Iglesia. Divino Corazón de Jesús, te ofrezco mis pobres obras para conseguir que todos los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que así se establezca en todo el mundo el Reino de tu Paz.
Amen.
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