¡Oh Jesús!

¡Oh Jesús!,

Te reconozco por Rey Universal. Todo cuanto ha sido hecho Tú lo has creado. Ejerce sobre mí todos tus derechos. Renuevo las promesas de mi bautismo, renunciando a satanás, a sus seducciones y a sus obras; y prometo vivir como buen cristiano. Muy especialmente me comprometo a procurar, según mis medios, el triunfo de los derechos de Dios y de tu Iglesia. Divino Corazón de Jesús, te ofrezco mis pobres obras para conseguir que todos los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que así se establezca en todo el mundo el Reino de tu Paz.

Amen.

miércoles, 3 de octubre de 2012

AL REZAR LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA


Mi Testimonio                                            
Sed,  hambre,  son  sentimientos.
Me alejé de Él  aún siendo yo un pequeño, mis errores, mis pecados,  me mantuvieron lejos de Él, sin embargo Él estaba ahí, nunca me dejó, Él sabía que volvería. Cometí tantas equivocaciones, Él ponía ante mí los caminos rectos y yo siempre tomaba el que no debía, el torcido, pero…… Él seguía estando ahí. Nunca aprecié lo que recibía de Él, el se daba entero en ese pequeño pan y yo cuantas veces lo tomé sin estar preparado, no tenía ni la menor idea de cómo me condenaba cada vez que lo tomaba indignamente. Oh Señor perdón, sí recuerdo en este momento la primera vez, la primera vez, que regalo tan maravilloso, sería por tener aún un corazón puro, con algunas travesuras pero inocente, lo recuerdo como uno de los momentos más felices de mi vida, mi Primera Comunión. Si hubiera sabido ayer lo que Él me ha revelado hoy, me ha mostrado su amor con el rezo de la coronilla a la Divina Misericordia, esto es lo que Jesús coloco en mi corazón:
Mientras rezaba la Coronilla a La Divina Misericordia, comencé a sentir un gran dolor en mi corazón y una gran vergüenza invadió mi ser, al darme cuenta que rezar la coronilla a la Divina Misericordia es hacer viva su Divina Pasión,  es aceptar que Jesucristo murió por mí, es ofrecer su grande y Santo sacrificio al Padre para cambiarlo por la basura, por el pecado, por lo indigno que soy y sin embargo Él, que ya lo hizo, en el Calvario y lo hace en cada Santa Eucaristía  lo vuelve a confirmar en ese momento de la oración, se vuelve a ofrecer por mí, por eso al final de la coronilla, se repite 3 veces:  “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal  ten piedad de nosotros y del mundo entero” Que es la manera de resarcir la negación que hemos hecho, durante el rezo, al cambiarlo a Él por nuestros pecados, "Padre te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, Alma y Divinidad de Tu Amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero"Es como cuando Jesús le preguntó a Pedro por 3 veces si lo amaba, para resarcir las negaciones de Pedro al inicio de la Pasión,  es como la penitencia que se da en la confesión.
29 de Octubre 2010



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