ACI Prensa
conversó en exclusiva con Peter Seewald, autor del libro-entrevista con Benedicto
XVI "Luz del Mundo: El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos".
Sobre Peter Seewald
Peter Seewald nació en 1954 en el seno de una familia católica de la región de Passau, Alemania. En su juventud se alejó de la Iglesia Católica y se alineó con la ideologías de izquierda. Ejerce el periodismo desde 1981 y actualmente vive en Munich. En 1993 decidió dedicarse a los temas religiosos como periodista y escritor.
En 1996 publicó su primer libro sobre el entonces Cardenal Josef Ratzinger, "La sal de la tierra", basado en una larga entrevista que determinó el regreso Seewald a la Iglesia Católica. En el año 2002 publicó el libro "Dios y el mundo", que también recoge sus conversaciones con el Cardenal Ratzinger.
En el verano pasado, Seewald mantuvo durante varios días una extensa entrevista con el Papa Benedicto XVI en la residencia de Castel Gandolfo. De estos diálogos surgió "Luz del Mundo: El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos.
Entrevista.
¿Usted se considera amigo del Papa Benedicto XVI?
Debo decir que no tenemos una amistad. Yo soy periodista y desde
antes que Joseph Ratzinger fuera Papa hemos coincidido en diferentes lugares y
por su edad, él podría ser mi padre. Lo conocí como periodista cuando en mi
redacción me encargaron la tarea de escribir su semblanza y haciéndola me
encontré frente a su trabajo, sus escritos y su actuación.
Realmente
quedé sorprendido al descubrir que el Cardenal Joseph Ratzinger no fuera como
aquel retrato que me habían mostrado y que tenía de él, sino que más bien es
una persona que puede analizar muy bien la sociedad, que conoce muy bien la
situación y que tiene una gran capacidad de análisis.
¿Cuánto cree
conocerlo?
Lo conozco
de los diversos encuentros que hemos sostenido por mi trabajo. Además de la
semblanza que hice de él, hemos coincidido varias veces por las entrevistas que
le he hecho para los libros anteriores y por las ocasiones en que por mi
trabajo nos hemos encontrado en diferentes partes del mundo.
Creo ahora
tener la capacidad de decir, basándome en lo que he presenciado como periodista
y haber visto lo que hace y lo que dice, que es un hombre que piensa, dice lo
que piensa y además hace lo que dice; no dice las cosas externamente, sino que
es un hombre auténtico, fiel a su personalidad.
¿Cuáles son
los conceptos erróneos más frecuentes de la prensa internacional sobre este
Papa?
El primer
concepto erróneo está en la idea que se tiene de Joseph Ratzinger como un Papa
conservador, duro, demasiado recto, un hombre al que le gusta el poder. Ninguna
de estas caracterizaciones coincide realmente con la personalidad de Joseph
Ratzinger, un hombre que es, si se puede decir, una de las mentes más grandes
de la Iglesia Católica; alguien de mucho corazón, y -tiene que ser así- un
luchador por naturaleza, que se mantiene de pie ante una tormenta, alguien que
no tiene miedo.
Creo es
importante decir que una de sus metas es compartir el Evangelio. Es alguien que
no se queda en el pasado ni donde está; es alguien que está muy presente en
nuestra época, conoce el desarrollo, siempre está muy bien informado, observa
muy bien desde la Iglesia, conoce todos estos cambios en la sociedad y siempre
se preocupa por los cambios de la modernidad. Basándose en el Evangelio, los
Padres de la Iglesia, las tradiciones, siempre intenta ver las cosas de una
manera crítica, se pregunta por ellas para poder entenderlas, especialmente en
el marco de los nuevos tiempos.
Joseph
Ratzinger no es ningún reaccionario, siempre lo he visto como un hombre muy
moderno, alguien a quien siempre se puede llegar, que promueve y busca el
diálogo, que siempre está preocupado por entender otras formas de pensar: a los
agnósticos, a los ateos, entre otras tendencias; es alguien que se interesa por
conocerlos bien y entenderlos como parte de nuestra base intelectual y como
parte del pensamiento.
Si me piden
que describa ampliamente a Joseph Ratzinger, debo decir que es un hombre
correcto, y de lejos una de las personalidades más grandes de nuestro tiempo.
Creo que es un hombre de gran corazón y a la vez, en cuanto a su personalidad,
se puede decir que es un educador, un hombre con mucho amor. Es una persona muy
jovial, aunque por su timidez tal vez no lo demuestre. Además, es un hombre que
siempre está dispuesto a escuchar, porque no solo es un gran pensador, sino
también un gran maestro espiritual.
¿Qué
conceptos erróneos del Papa ve en el mundo católico?
El mundo
católico como tal no existe porque es muy variado. Aunque históricamente
algunos lugares pueden ser muy parecidos o pueden estar alcanzando el mismo
nivel de desarrollo, son diferentes. Por ejemplo, Sudamérica definitivamente
muestra un clima diferente al de África; y la realidad de Europa es diferente a
la de Asia.
En algunas
partes del mundo, la Iglesia ni siquiera está presente, mientras que hay regiones
en que sí está presente y en el mundo secularizado se espera que tenga una
posición.
Creo que en
Alemania no preocupa mucho el Papa actual y creo que en mi tierra, hay un
reflejo negativo de él. Tengo la impresión de que esta situación está ligada al
centralismo y a una atmósfera de desarrollo en la que lamentablemente se
esconden muchas situaciones y se producen errores.
Realmente me
sorprende mucho que hoy en día en Alemania no se aprecie la gran suerte que
tenemos de tener en la Iglesia a un Papa como Benedicto XVI, que es uno de los
pensadores más grandes de nuestro tiempo y definitivamente uno de los más
grandes hombres. Un hombre que busca el diálogo en la historia de la Iglesia,
especialmente hoy en día, en un tiempo complejo y en un ambiente lleno de
críticas. Este gran pontificado se encuentra ahora en una situación difícil
cuya tarea es asentar a la Iglesia y a Cristo.
¿Cuáles son
las principales características de este Papa que más pasan desapercibidas?
Algo que en
general se ha escuchado poco de él es que el Papa Benedicto XVI es un gran
educador. Esa es una de sus grandes capacidades. Él comprende muy bien el Evangelio,
siempre encuentra nuevas facetas y ve en ellas otras posiciones ante el
secularismo, oportunidades para encontrar la posición de la Iglesia en este
tiempo.
Algo
importante que deben saber y conocer los medios es este gran punto a favor que
tiene, como educador, como un gran pensador, y naturalmente como alguien que no
escucha solamente al mundo católico, sino también a la cristiandad. Creo que
eso es algo que se ve muy poco, pero es importante señalarlo en esta época de
crisis de la sociedad moderna. Puedo decir que tener eso es un regalo: En un
mundo que con frecuencia está ciego es importante tener a alguien con esta
actitud inquebrantable de apertura. Creo que en el futuro esto será mejor
apreciado.
Hay quienes
dicen que "Benedicto XVI no es un Papa para el siglo XXI"…
Ese
comentario es incomprensible, creo que podría venir de alguien que no entiende
en qué tiempo estamos y que no comprende todas las cualidades que tiene este
Papa. Los cardenales sabían muy bien cuando lo escogieron, habían visto que
para este tiempo no había nadie mejor que el Cardenal Joseph Ratzinger. De
hecho podemos echar un vistazo a los últimos cinco años, que son un testimonio
de que, con la gracia del Espíritu Santo, tomaron la decisión correcta.
Ha habido
fracasos durante este pontificado que radican en algunos errores, y
especialmente en algunos sacerdotes católicos que han cometido abusos sexuales.
Sin embargo esto no se puede poner por encima de los cinco años de pontificado
ligados a grandes avances y al hecho de que éste no solo sea un Papa para la
Iglesia, sino también para todo el mundo. Es alguien que se da mucho, alguien
que puede estar inmerso en este mundo y ver un camino. Definitivamente se
tienen que ver estos cinco años de pontificado y todo lo que se ha logrado en
este tiempo.
Una parte
importante de la prensa ha representado a Benedicto XVI como alguien que nunca
hizo, ni como arzobispo, ni como Prefecto de la Congregación para la Doctrina
de la Fe ni como Papa, lo suficiente para prevenir el abuso sexual de menores
¿Es posible coincidir con este juicio?
Esta
posición viene de autores que buscan que estas acciones terribles tengan una
repercusión negativa contra el Papa. Se ha dicho que incluso cuando era
Arzobispo de Munich y se presentó un caso de abuso sexual, Joseph Ratzinger
tenía que ver en ello, que cometió un error, que eventualmente no hizo nada.
Desde la
época de Munich, no hubo ninguna posibilidad de que el Arzobispo Ratzinger
dejara de lado el tema; él siempre ha tenido una buena actitud, además como
Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe se preocupó rápidamente
por este tema; inmediatamente hizo los cambios necesarios e impuso sanciones
por estos errores.
Se dijo que
estos errores se le fueron de las manos, sin embargo él siempre ha condenado
estas acciones y como Papa ha buscado a las víctimas. En octubre de 2006 se
encontró con un obispo de Irlanda y le dijo que había que buscar la verdad, que
se tiene que hacer todo lo necesario para que estas situaciones inaceptables no
se vuelvan a repetir.
Algo muy
importante es que lo primero que hay que hacer es curar a la víctima, hay que
sanarla; estas cosas no deben quedar en el silencio, no se debe dejar impune al
culpable. Ratzinger como Arzobispo de Munich, como Prefecto de la Congregación de
la Fe y como Papa siempre ha mostrado una conducta recta frente a estos
errores, a pesar que en realidad diferentes medios de comunicación no lo han
visto así y han mostrado una posición contraria a él.
Se ha visto
que los esfuerzos de comunicación entre el Vaticano y la prensa secular en los
últimos tiempos no han tenido mucho éxito. Muchas actuaciones y decisiones
papales no han sido transmitidas con exactitud y con frecuencia el Santo Padre
se ha visto expuesto a críticas muy duras de la prensa. Aún recordamos lo
ocurrido en su visita a Regensburg con los musulmanes, el caso del obispo
lefevbrista Williamson, la tergiversación de las declaraciones de Benedicto XVI
sobre el SIDA en su viaje a África . ¿Necesita este Papa una mejor “asesoría”
de prensa?
Lo único que
puedo decir es que sí. Es evidente que en este aspecto hay mucho que hacer, hay
mucho que aprender de los errores. A los medios de comunicación deben
proporcionarle con anterioridad la información, para que no se escriban errores
sobre el Papa. El mismo Benedicto XVI ha criticado esta situación y también
menciona, en este nuevo libro, que eso afecta naturalmente el trabajo
realizado.
Es todo un
esfuerzo porque el Papa hace mucho en el mundo pero hay que presentarle las
situaciones, decirle por ejemplo si es que hay un video que se prevé se va a
difundir o llamarlo cuando vayan a aparecer ciertas publicaciones. Bueno, creo
que en este sentido hay muchas posibilidades para mejorar el trabajo.
¿Qué
quisiera Usted que la Iglesia y el mundo conocieran mejor de este Papa?
Todos los
hombres deberían ver la enorme capacidad de análisis que tiene, es alguien que
tiene un gran entendimiento, no solamente sobre este tiempo y no sólo escucha
el catolicismo.
Él es
alguien que se compromete mucho cuando tiene una misión, cualquiera que sea. Él
quiere y está abierto a entrar de lleno con ahínco en esta misión; se
compromete totalmente, no se cansa, a pesar de su edad tiene una actitud joven
y es muy reconocida. Personalmente, a mí lo que más me impresiona de él es la
simplicidad de sus creencias y su poder para comprenderlas.
Él vivió de
una manera muy simple y creo que esta simplicidad de sus creencias se ha vuelto
la esencia de su pontificado. Por otro lado, es realmente excelente tener a
alguien que combate los aspectos negativos de los avances. Su mensaje en
realidad es un llamado dramático a la Iglesia y al mundo, pero también un
llamado a una toma de consciencia para que se tome una posición. La humanidad
está en un momento de decisiones, un momento para aprender, para redescubrirse.
¿Qué temas
ha abordado directamente con el Papa en el libro “Luz del Mundo”?
En el libro
se habla en general de la crisis de la Iglesia, de su Pontificado, así como de
los dramáticos problemas de la sociedad. Además, se habla de los escándalos de
los abusos sexuales y de cómo es que en sí el Pontificado hace frente a los
escándalos de abuso sexual, qué es lo que esto traerá consigo; cómo va a llevar
a cabo la reforma de Iglesia; cuál es la actitud frente al Islamismo; cómo es
que esta crisis afecta nuestro tiempo.
La cuestión
radica en si la crisis de este tiempo es algo que no hemos visto a lo largo de
la Iglesia. Incluso dentro de la Iglesia también hay algunos a los que no les
gusta que el Papa sea tan abierto pero se asombrarán con sus palabras
proféticas en este libro.
Muchas
gracias, Sr. Seewald.
No tienen
nada que agradecer.